Hace unos años oí decir a Tony Robbins “La calidad de tu vida depende del nivel de incertidumbre que seas capaz de tolerar”. Esta idea que inicialmente me dejó bloqueada, y como que entendía muy bien a qué se refería, pasó a ocupar parte de mi subconsciente. Aquellos que me conocen saben que creo profundamente que cuando no aprendemos una lección importante para nosotros, la vida nos la vuelve a traer una y otra vez con mayor nivel de intensidad hasta que la aprendemos, y eso es lo que me ha pasado, la incertidumbre se ha hecho muy presente en mi vida en los últimos meses.

Pero empecemos por el principio, recordemos la pirámide de Abraham Maslow sobre las necesidades humanas, la base de la pirámide la forman las necesidades básicas, aquellas que intervienen en la supervivencia de la especie. Después le seguía las relacionadas con la seguridad del individuo, y con ella nos referimos a la seguridad tanto física como mental, económica, social… Así que buscar la seguridad en nuestra vida es algo necesario para nuestras vidas. Si bien es cierto que hay situaciones que son tan estables, tan predecibles y tan seguras que nos aburren y buscamos hacer cosas diferentes y cambiar, buscamos un poco de variedad. El grado, la intensidad y el equilibrio entre ambas es lo que determina nuestro nivel de confort.

Hay veces que sentimos que todo nuestro mundo se tambalea y perdemos la sensación de seguridad que teníamos, y digo sensación porque no podemos tener la certeza de que mañana va a seguir todo igual que hoy. El cambio constante es lo único cierto que tenemos. Muchas cosas están cambiando en nuestro día a día, cambia la forma de trabajar, las forma de comunicarnos, la forma de comer, de divertirnos…hay veces que tenemos la sensación de que todos es cada vez más incierto, volátil e imprevisible.

Como decía antes necesitamos un cierto nivel de seguridad, y más de uno nos gustaría disponer de la clave para vivir en medio del ojo del huracán. Ese sitio en el que pase lo que pase alrededor allí hay paz y tranquilidad. Crear ese ojo del huracán es posible y pasa por aprender a convivir con la incertidumbre. El primer paso a dar pasa por cambiar algunos de nuestros patrones mentales. Nos han enseñado a ser activos, a tomar decisiones rápidas y a actuar. Pues bien en momentos complejos y de cambios constantes ya no podemos actuar así, ni apostar por la velocidad. Necesitamos más que nunca estar en calma, pensar con la cabeza, generar diferentes opciones y decidir entre ellas. La calma, la tranquilidad, la serenidad y el conocimiento de uno mismo permite pensar antes de decidir sin sentirse demasiado preocupadas o ansiosas por el resultado.

Esta paz, hace que aflore la confianza en nosotros mismos y nos lleva de estados de ansiedad por el estrés a estado de confianza y seguridad. No significa que tengamos certeza absoluta, sino que aunque los resultados no sean lo que deseamos, sabemos que tenemos las habilidades, la fuerza y el compromiso para seguir adelante.

5 Claves para gestionar la incertidumbre

  • Amplia tu punto de vista: observa lo que sucede a tu alrededor, analiza la situación desde diferentes perspectivas, así recibes mayor información y obtienes más objetividad. A l conocerte mejor, puedes decidir qué es lo que está en tus manos hacer o no hacer para modificar la incertidumbre.
  • Se flexible: desarrolla tu flexibilidad y fluye, desapégate y pierde tus miedos, generaras mayor confianza y ganaras seguridad en ti y en tus recursos.
  • Persevera: comprométete con objetivos concretos y trabaja con perseverancia para conseguirlos, poco a poco irás superando los obstáculos que te encontrarás por el camino.
  • No pares, sigue aprendiendo: el conocimiento aumenta la seguridad, cuando aprendes mejoras la confianza en ti mismo.
  • No te riendas: trabaja tu capacidad de sobreponerte a las adversidades que se presentan en tu vida. No hay nada que genere una mayor seguridad en ti mismo que haber superado circunstancias adversas.

La incertidumbre afecta a todos los ámbitos de nuestra vida; familiar, personal y laboral. Cuanto mejor sepamos comprender nuestras emociones y gestionarlas, mejor toleraremos nuestra incertidumbre. La incertidumbre forma parte de nuestras vidas, podemos convivir con ella y aceptarla como una posibilidad para aprender y mejorar, o bien, luchar contra ella perdiendo energía y obteniendo frustración.

Lo importante no es lo que nos hace el destino, sino lo que nosotros hacemos con él Florence Nightingale.

 

 

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