Todas las personas se pueden beneficiar de un proceso de coaching.
El coaching genera un crecimiento personal que se traduce en mejoras directas en la calidad de vida, no obstante es imprescindible que la persona:
- Tenga un firme compromiso consigo misma de querer cambiar. La ilusión y la voluntad son clave.
- Esté dispuesto a aprender y a cuestionarse cosas.
- Realice un esfuerzo de verdad y con continuidad para alcanzar los objetivos que se ha marcado.
El responsable del éxito de tu proceso de coaching eres tú. Tú fijas el objetivo y tú serás el responsable de alcanzarlo.
Incluso si consideras que en general estás satisfecho con tu vida, puede ser útil si:
- ¿Hay algún aspecto de tu vida o de ti mismo, que pese a todo, te gustarÃa mejorar?
- ¿Tienes ganas de evolucionar y no quedarme dónde estás?
- ¿Has abandonado por imposible alguna ilusión o sueño que alguna vez tuviste y te gustarÃa hacerlo realidad?
- ¿Crees que tienes todo lo necesario, pero pese a ello notas que falta algo?
Por el contrario, el coaching no funcionará:
- A quien piensa que no hay opción de cambio.
- A quien no quiere cambiar y sólo desea que le escuchen.
- A quien ha hecho de la queja una costumbre.
- A quien se cree en posesión de la verdad.
- A quien no está dispuesto a ponerse en acción.
- Y sobre todo, a quien piensa que el coach tiene una varita mágica y le va a dar soluciones hechas e inmediatas.