El mindfulness es la concentración de la atención y la conciencia. Se puede definir como la consciencia plena. Consiste en prestar atención a pensamientos, emociones, sensaciones corporales y al ambiente, basado en la aceptación sin juzgar sin son correctos o no. Se enfoca en lo que se percibe en el momento.
El mindfulness permite reconocer lo que está sucediendo mientras ocurre, aceptando el fluir de la experiencia tal cual está sucediendo. Mindfulness significa prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación. El mindfulness nos permite aprender a relacionarnos de forma directa con aquello que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora, en el momento presente.
Antecedentes del mindfulness
El origen del mindfulness aparece aproximadamente hace 2.500 años en la tradición budista con Siddhartha Gautama, Buda, que fue quién inicio esta tradición religiosa y filosófica.
Sin mindfulness no sería posible poder observar y reconocer la propia experiencia y vivir en este mundo. Aunque creemos tener control consciente de nuestra atención, estamos constantemente atendiendo pensamientos acerca del pasado o del futuro, por tanto sólo prestamos un poco de atención a lo que sucede en el presente.
Es la manera de tomar consciencia de nuestra realidad, dándonos la oportunidad de trabajar conscientemente con nuestro estrés, dolor, enfermedad, pérdida o con los desafíos de nuestra vida. Nos ayuda a recuperar nuestro equilibrio interno atendiendo de forma integral a todos los aspectos como persona; cuerpo, mente y espíritu. Nos invita a vivir una vida de manera plena y en el presente.
Beneficios del mindfulness en nuestro cerebro:
- Ayuda a prevenir el deterioro cerebral a medida que envejecemos
- Reduce la actividad en los centros de auto-referencia del cerebro (las zonas yo, mí, mío)
- Genera cambios de volumen(tamaño) en áreas claves del cerebro
- Mejora la concentración y la atención
- Puede ayudar a superar las adicciones
- Reduce la ansiedad y la fobia social
Las investigaciones han demostrado que las terapias basadas en mindfulness son eficaces, sobretodo en la reducción de la ansiedad, depresión y estrés. Además, ayuda a ser más creativos, a poder juzgar y valorar las situaciones con mayor claridad, a aumentar la resistencia emocional y a disfrutar más de lo que se está haciendo. Asimismo, puede generar cambios muy positivos en el funcionamiento y en la estructura de las regiones cerebrales responsables de la atención, la regulación emocional y otras funciones cognitivas.
“Estar frente a la desnuda realidad de la experiencia, observando cada evento como si estuviera ocurriendo por primera vez”. Goleman
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