Ayer 21 de diciembre, fue el solsticio de invierno en el hemisferio norte, una de las fechas más importantes del año y aunque en nuestra cultura se ha perdido su significado y su transcendencia, no significa que no nos afecte.

El solsticio propiamente dicho, dura un instante, aunque vulgarmente, se la conoce como la noche más larga del año.Viene del vocablo latín solstitium, que significa “sol quieto”,  representa el momento del año en el que la Tierra está más inclinada con respecto al Sol y recibe menos luz, también es el momento en el que el Sol y la Tierra están más cercanos entre sí a lo largo del año. Esta cercanía al Sol es la causante de que la Tierra se mueva más rápido a lo largo de su órbita elíptica durante el invierno (segunda ley de Kepler). Más allá de estos datos, y conociendo la importancia de la luz del sol en nuestra vida, cualquier cambio nos afecta física y emocionalmente, aunque no seamos conscientes.

Pero, de dónde proviene el solsticio y qué relación tiene con la Navidad...  La Navidad es una de las tradiciones más complejas y prolongadas en el tiempo que existe, tiene un extenso calendario de eventos, rituales, costumbres, símbolos, leyendas y creencias que aceptamos un tercio de la población mundial. Y otra pregunta ¿de dónde viene la relación de dar regalos? ¿Qué significado tienen?

Los celtas, las tribus paganas nórdicas y la mitología germánica ya celebraban el solsticio de invierno con importantes rituales que originalmente duraban doce días. Era un momento para estar con la familia, por lo que se vinculó con la fertilidad, también se recordaba a los ancestros y a los amigos ausentes con fastuosas mesas llena de manjares. Los celtas celebraban el renacimiento del dios y los espíritus después de su muerte. Uno de los principales rituales era la quema del leño, un tronco grande, comúnmente de pino o sauce, que ardía durante 12 horas simbolizado la luz.

Los romanos celebraban el solsticio de invierno con las festividades dedicadas a Saturno, dios del tiempo y de la agricultura. Las Saturnales, eran unas grandes fiestas llenas de regalos, en las que curiosamente los esclavos se convertían en los señores. Se consideraba que ese era el momento en el que “el sol vence a las tinieblas” en un sentido real, ya que empiezan a alargarse los días y también en el figurado. Las Saturnales fueron dejando paso al culto al Sol Invictus, fue el paso del politeísmo al monoteísmo. El del Sol Victorioso se representaba con la imagen de un bebé.  Gracias al cronógrafo de Filócalo sabemos que al menos desde 336, con el Papa Julio I, el nacimiento de Jesús se celebraba el 25 de Diciembre en Roma. En el año 440, el Papa León Magno estableció esta fecha para la conmemoración de la Natividad y ya en 529 el emperador Justiniano la declara oficialmente festividad del Imperio. En el año 567, el Concilio de Tours proclamó que todo el periodo desde Navidad hasta la fiesta de la Epifanía debía ser un mismo ciclo, y en el siglo VII estaba ya vigente el periodo de 12 días de paz, vida hogareña, fiestas y espíritu caritativo.

Me queda una pregunta por responder ¿de dónde viene el dar regalos? Hemos visto que en todas las tradiciones se habla de compartir, celebrar y recordar. Los regalos son un símbolo de abundancia, de prosperidad, y todas las tradiciones han creado un ritual entorno a ellos para propiciar la prosperidad. Es de lamentar que en nuestra cultura hemos perdido esta simbología de crear la abundancia y muchos piensan que es consumismo.  Destacar que los antiguos buscaban propiciar el ciclo agrario que comienza tras el solsticio de invierno y aunque hoy no es relevante, sigue marcando nuestros ciclos económicos, prueba de es el cierre económico anual y el hecho de que muchas empresas en enero empiezan con sus planes anuales y sus objetivos.

Más allá del solsticio de invierno, los solsticios y los equinoccios son puntos salientes del viaje solar anual, y como tales nos permiten reflexionar sobre el cambio y los diferentes procesos de la naturaleza a los cuales también nosotros estamos sujetos. Contemplar y reflexionar sobre esto, es una forma de encontrar sentido y conexión con algo más grande de lo cual somos parte, independientemente de cómo se llame o se celebre. Todos somos hermanos porque tenemos un mismo ADN, una misma alma y un mismo corazón late.

Feliz Navidad, feliz solsticio, feliz prosperidad…

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